Soy diabética desde hace 47 años y, desde mi diagnóstico inicial, a los 20 años, mi mayor temor era que mi vista se deteriorara y me quedara ciega.
Este temor jugaba en mi mente todos los días.
Me atendieron en el hospital local del NHS por retinopatía diabética y al principio me ofrecieron un tratamiento con láser o inyecciones en el ojo para controlar los síntomas.
Es justo decir que ninguna de las dos opciones me atraía, ¡quién quiere que le pongan inyecciones en los ojos!
Tras un tratamiento inicial, mi asesor del hospital mencionó el antifaz para dormir Noctura 400 y me preguntó si me interesaría probarlo.
Aproveché la oportunidad porque no era invasivo, ¡así que se acabaron los procedimientos dolorosos!
Soy jardinero de profesión, así que el antifaz me ha permitido seguir trabajando en lo que me gusta.
Mi vista ha mejorado en los cuatro años que llevo utilizando el antifaz y ya no necesito inyecciones ni láser en los ojos.
Diría que el antifaz para dormir me ha devuelto mi antigua vida.
Mi consejo a otros pacientes con retinopatía diabética es que pregunten por el antifaz para dormir Noctura 400 y comprueben por sí mismos la diferencia que puede suponer para su calidad de vida.