Me diagnosticaron diabetes de tipo 1 por primera vez hace unos 25 años.
Había perdido mucho peso y podría haberme bebido hasta el mar, así que reconocí cuáles eran los síntomas.
Lo que te afecta son los cambios en el estilo de vida, sobre todo porque entonces mis tres hijos eran pequeños y yo trabajaba como cuidadora de niños.
Tenía que ponerme cuatro o cinco inyecciones de insulina al día y comer a determinadas horas del día.
Era bastante buena detectando los síntomas si mis niveles de azúcar en sangre eran bajos.
Tienes que asegurarte de que te cuidas cuando estás cuidando niños.
Hago pilates y zumba y camino mucho, así que intento asegurarme de que hago las cosas bien.
Desarrollé retinopatía diabética hace 15 años.
En aquel momento, había cambiado de profesión y trabajaba como florista.
Estaba levantando la mano para coger unas flores y montar un ramo cuando de repente me brotó sangre dentro del ojo derecho.
Es raro poder ver una hemorragia, así que fue aterrador.
Me sometí a tantos tratamientos con láser para intentar controlar la afección que perdí la cuenta.
Me dañaban los globos oculares para intentar salvarme la vista.
El tratamiento ha evolucionado, pero cuando empecé a hacérmelo, el láser me daba bastante calor.
No es una experiencia agradable.
Ya no puedo conducir debido a la mala visión periférica y tuve que dejar el trabajo porque me desorientaba al utilizar el teléfono, la caja registradora y las máquinas de tarjetas.
Llegué a preguntarme si perdería la vista por completo.
Tengo tres hijos y mi quinto nieto, Beatrix, llegó hace unas semanas.
No poder ver a mis nietos era mi peor temor.
También me gusta leer, aunque he tenido que comprarme un Kindle debido a la letra pequeña de la mayoría de los libros.
No puedo ver ciertos matices y tonos, como los amarillos, y a veces no puedo ver las malas hierbas hasta que crecen bastante, pero aun así me encanta la jardinería.
Leí sobre la Noctura 400 en un artículo y me puse en contacto con los fabricantes.
Consigo la máscara a través de Wade Opticians y llevo utilizándola nueve meses.
No noto el resplandor en absoluto mientras la llevo puesta.
Esperaba que el antifaz para dormir estabilizara mi estado.
No esperaba tener mejoras, pero así ha sido.
Las mayores mejoras se produjeron en los tres primeros meses.
Desde que empecé a llevar el antifaz para dormir, no he tenido más tratamientos con láser ni hemorragias.
Me he dado cuenta de que ahora puedo leer las etiquetas y los precios cuando voy de compras, cosa que nunca habría podido hacer hace unos meses.